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Nuestro gran papá Freud, nos ha regalado generosamente muchísimas teorías para analizar nuestra propia esencia humana, en sus trabajos sobre “El Malestar en la Cultura” nos advierte sobre las dificultades de compartir nuestra vida con otros, aludiendo a que lo hacemos por necesidad, ya que como sabemos, somos una especie que necesita del sostén, del amor y deseo de otro para hacerse humana.

Sin embargo esos otros que nos preceden y nos acogen en el seno de esta cultura no siempre lo hacen de la forma más adecuada, en el plano simbólico de nuestra existencia, vamos heredando formas de relacionarse con otros que no siempre conducen a establecer buenos lazos, nuestros padres, abuelos, tíos, primos y todo el conjunto de familia ampliado, puede ser analizado como una red circunstancial de seres atravesados por múltiples variables culturales de la actualidad y del pasado, cada uno condensa sus propios atravesamientos y en su conjunto puede darse un armonioso estilo de relación, cosa rara si las hay… o lo más probable es que en su conjunto puedan expresarse las más grandes miserias humanas: violencia en todas sus formas.

Si en estas fiestas has podido reencontrarte con tus familiares en forma armoniosa, con paz y alegría, ya puedes dejar de leer este escrito, porque eres muy afortunado o muy negador. En cambio, si eres del conjunto de personas que se ha preparado todo el año para encontrarte con aquella persona que deseabas tanto maltratar te recomiendo que en este nuevo año comiences a concentrarte en ti, ya que es la única manera de que puedas lograr algo con tu vida.

A todos aquellos que han sido victima de burlas, insultos, aislamiento, y malos tratos en estas fiestas tengan en cuenta que, hoy es realmente el inicio personal de cada uno, tienen de frente todo un año para ser y vivir a su propia manera, el dos de enero podría establecerse como “Fiesta personal de año nuevo”.

En definitiva, las fiestas son una fecha consensuada para reunirse con la familia de origen, son solo eso, si decides no participar de ellas esta bien, si decides vivirlas de otra manera también esta bien, si decides ignorarlas también estará bien, ya sabemos que nuestra vida solo pertenece a nosotros mismos, cada uno de nosotros tiene la propia responsabilidad de elegir y decidir sobre que hacer en cada momento.

Si eres de aquellos que ha decidido no participar de las fiestas familiares no eres una persona antisocial, o inmadura o egoísta como posiblemente intenten etiquetarte, tienes tus validos motivos, eres una persona que tiene su propio estilo, que protege sus emociones y su integridad psíquica, eres alguien dispuesto a cortar con tradiciones en donde se repiten situaciones que muchas veces no tienen nada de agradable y festivo.

Las fiestas pueden funcionar muchas veces como una máquina del tiempo para el propio psiquismo, en donde vuelve a encontrarse con dinámicas familiares que han producido marcas, heridas que no se curan y resuelven en el reencuentro sino que se vuelen a abrir, a cobrar actualidad, en un espacio familiar en donde no se recibe contención.

Volviendo a los aportes de Freud, sabemos que, cada uno de nosotros debe ocuparse de sus propias marcas y heridas, pero el lugar adecuado para hacerlo no es “la escena familiar” sino el propio espacio terapéutico. El valiente no es el que se vuelve a enfrentar una y otra vez con los monstruos y fantasma, ese es un temerario, el valiente es el que cura sus heridas y continua su camino convirtiéndose en el propio protagonista del recorrido.

Lic. Lorena Recanatti

Sobrevivir en epoca de fiestas

Chica con el muñeco de nieve

Lic. Lorena Recanatti.                    recanatti.psi@hotmail.com                        11-6974-4162                             Villa Del Parque CABA

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